El Congreso de los Diputados ha dado un paso significativo hacia el endurecimiento de la normativa de alcoholemia en las carreteras españolas. Recientemente, se ha aprobado una proposición no de ley que busca reducir el límite máximo de alcohol permitido para todos los conductores, tanto de vehículos motorizados como no motorizados. La nueva propuesta fija el límite en 0,2 g/l de alcohol en sangre y 0,1 mg/l en aire espirado, en contraste con los 0,5 g/l y 0,25 mg/l actuales.

Es importante destacar que esta medida aún no entra en vigor de manera inmediata. La aprobación en el Congreso marca el primer paso en un proceso legislativo más largo. A partir de ahora, el Ministerio del Interior deberá redactar una proposición de ley que permita la modificación del artículo 20 del Reglamento General de Circulación, el cual regula las tasas de alcohol en sangre y aire espirado.

Este proceso legislativo tiene como objetivo garantizar una conducción más segura y reducir los accidentes de tráfico relacionados con el consumo de alcohol. Sin embargo, la implementación definitiva de este cambio no se espera antes de 2025, ya que aún deben seguirse los procedimientos correspondientes para la modificación del reglamento.

La reducción de los límites de alcoholemia responde a una tendencia internacional que busca endurecer las normas de seguridad vial y adaptarlas a las recomendaciones de organismos como la Organización Mundial de la Salud. En muchos países europeos ya se han establecido límites más bajos, y España parece querer alinearse con estos estándares.