El IRPF o Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas es un tributo del sistema fiscal español, que afecta a los ingresos de los trabajadores, ya sean empleados o autónomos. Este impuesto se aplica de forma progresiva, es decir, a mayor ingreso, mayor porcentaje de impuesto. En la nómina de los asalariados y en las facturas de los autónomos, el IRPF se gestiona mediante retenciones. Sin embargo, a la hora de realizar la declaración de la renta, muchos contribuyentes encuentran que deben pagar un monto adicional en su declaración de la renta. A continuación, explicaremos cómo funciona este impuesto y por qué, a pesar de las retenciones, puede resultar en un pago extra.
¿Qué es el IRPF?
El IRPF es un impuesto personal, progresivo y directo que grava la renta obtenida por las personas físicas residentes en España. Este impuesto se aplica sobre todos los tipos de ingresos: salarios, rendimientos de inversiones, alquileres, y ganancias patrimoniales. La recaudación del IRPF se efectúa a lo largo del año mediante un sistema de retenciones en nóminas y facturas, además de pagos fraccionados para los autónomos.
IRPF en nóminas: ¿por qué se incluye?
En el caso de los asalariados, el IRPF se deduce de su salario mensual mediante una retención que aparece reflejada en la nómina. Esta retención es calculada en función de la situación personal y familiar del trabajador: el salario bruto anual, el estado civil, el número de hijos, o posibles deducciones, como aquellas por hipoteca o discapacidad. El objetivo de esta retención es adelantar una parte del IRPF correspondiente, de modo que el trabajador no tenga que hacer un único pago grande en la declaración de la renta.
IRPF en las facturas de autónomos: ¿cómo funciona?
Para los autónomos, el IRPF se aplica a través de una retención que generalmente es del 15%, la cual deben incluir en sus facturas cuando facturan a empresas o profesionales. Esta retención se convierte en un adelanto que el cliente o empresa retiene y paga a Hacienda en nombre del autónomo. Los autónomos también deben hacer pagos trimestrales a cuenta del IRPF, en los que declaran sus ingresos y descuentan las retenciones aplicadas en sus facturas.
¿Por qué a veces tienes que pagar en la declaración de la renta?
Aunque a lo largo del año se realicen retenciones en nóminas o facturas, al finalizar el año fiscal y pendientes del calendario de la Agencia Tributaria, los contribuyentes deben presentar su declaración de la renta, en la que se calcula el IRPF definitivo en función de los ingresos totales y deducciones aplicables. Existen varias razones por las que, en esta declaración, puede resultar en que te salga a pagar:
- Retenciones insuficientes: Si las retenciones aplicadas durante el año no han sido suficientes para cubrir la cantidad de IRPF que corresponde al total de los ingresos obtenidos, Hacienda exigirá el pago de la diferencia. Esto puede ocurrir, por ejemplo, si el trabajador ha tenido un incremento salarial o ha recibido una paga extraordinaria sin que las retenciones se ajusten adecuadamente.
- Ingresos adicionales no retenidos: A veces, los contribuyentes tienen ingresos adicionales (por ejemplo, ingresos por alquileres o por la venta de bienes) que no han sido objeto de retención o en los que la retención ha sido baja. En estos casos, la declaración anual incluirá estos ingresos y ajustará el IRPF en función de ellos, lo que puede derivar en un pago adicional.
- Cambio en circunstancias personales: Si la situación personal y familiar cambia (por ejemplo, por matrimonio, divorcio, nacimiento de hijos), es posible que las retenciones calculadas no se adapten automáticamente a las nuevas circunstancias. Esto puede influir en el resultado de la declaración.
- Deducciones aplicables: Aunque hay deducciones que pueden reducir la carga impositiva final (como las deducciones por vivienda habitual, inversión en planes de pensiones, o familias numerosas), algunas deducciones no se aplican directamente en las retenciones mensuales y se incluyen únicamente en la declaración anual. Dependiendo del caso, pueden hacer que el resultado final sea positivo o negativo.
- Trabajos temporales o por cuenta ajena: Cuando un contribuyente ha trabajado para diferentes empleadores, puede ocurrir que cada uno haya retenido un porcentaje bajo de IRPF, considerando sus ingresos anuales de forma individual y no acumulada. Esto puede resultar en un saldo a pagar en la declaración, al sumarse todos los ingresos para calcular el IRPF total.